La cistitis intersticial es una inflamación crónica de la pared de la vejiga de origen desconocido, aunque se postulan varias teorías como posibles desencadenantes. No es una enfermedad psicosomática ni causada por el stress si bien este último puede agudizarla.
Sus posibles causas pueden ser de origen alérgico, inmunológico, neurológico, inflamatorio, insuficiencia vascular, y permeabilidad epitelial de la vejiga alterada y alteración de la cubierta epitelial de la vejiga.
Es un cuadro de dolor pelviano crónico confundido muchas veces con otros diagnósticos ya que no hay hallazgos propios de este cuadro sino hallazgos vinculables con cistitis intersticial.
Es más frecuente en la raza blanca que en la negra y en las mujeres que en los hombres en una relación de 9 a 1 siempre en mayores de 18 años.
Los síntomas más característicos de este cuadro son:
- dolor en la vejiga, uretra en el área vaginal o abdominal que aumenta mientras se llena la vejiga y alivia parcialmente cuando se vacía.
- La necesidad de orinar con mucha frecuencia tanto de día como de noche (hasta 60 veces en los casos más severos)
- la urgencia de ir a orinar en ausencia de otros cuadros tales como infección urinaria y vejiga hiperactiva entre otros.
¿Como se diagnostica la cistitis Intersticial?
Es necesario hacer un cultivo de orina para descartar la cistitis bacteriana. También hay que descartar enfermedades que cursan con síntomas parecidos como: la endometriosis las infecciones vaginales, tuberculosis urinaria, el cáncer de vejiga, enfermedades de transmisión sexual, cistitis radica y desórdenes neurológicos.
El estudio más importante para el diagnóstico es la cistoscopia (estudio endoscópico de la vejiga) para ver si aparecen algunas de las lesiones más frecuentes en este cuadro, que como ya dijimos no son especificas pero si orientadoras.
Este estudio suele realizarse bajo anestesia ya que es muy doloroso para estas pacientes y así permite distender la vejiga con más volumen de líquido lo que facilita encontrar las lesiones referidas.
Tratamiento
Existen varias líneas de tratamiento:
En primer lugar aquellas conservadoras (no invasivas), como restricción de los alimentos que irritan la vejiga y aumentan el dolor; instaurar medidas para reducir el stress y terapias físicas.
Por otro lado hay varios tipos de medicamentos que se toman por boca, entre ellos algunos específicos para esta dolencia.
Hay también medicamentos que se utilizan dentro de la vejiga y que conducen a una pronta y efectiva reparación de la vejiga en la mayoría de los casos.
Y en los casos más graves podrán ser necesarios tratamientos invasivos.